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Cómo los turistas transformaron la vida nocturna de Barcelona

En Barcelona el turismo también impregna el ambiente de fiesta, lo que no desagrada. Esto hace todo lo posible para atraer a los extranjeros, a veces en detrimento de los locales.

Cualquiera que ponga un pie en una de las discotecas de la Barceloneta sabe que es raro escuchar hablar allí otro idioma que no sea el francés o el inglés. El Pacha Club, el Shôko y el Opium, tres de los establecimientos más famosos del paseo marítimo, son frecuentados casi exclusivamente por extranjeros desde hace varios años.

Naturalmente, este público no llegó allí por casualidad. En primer lugar, el impacto de los Juegos Olímpicos de 1992, durante los cuales todo el mundo se dio cuenta del potencial de la ciudad. Luego, fueron las propias discotecas las que se adaptaron para atraer a este tipo de fiesteros. “ Cada lugar tiene su propia estrategia, dependiendo del público al que se dirige. Es cierto que en las zonas más turísticas utilizamos un tipo de música destinada al público francés o americano”.nos cuenta Gloria, responsable de comunicación de Fecalon, la federación catalana de establecimientos de ocio nocturno.

En efecto, sólo podemos señalar que las discotecas de la Barceloneta se dirigen a un público muy específico y predominantemente francés, con numerosos showcases –un tipo de evento poco común en la capital del condado– con raperos franceses, ya sea en Opium, Pacha o Shôko, donde Naza , Keblack y Djadja & Dinaz actuarán este verano, entre otros.

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Una vida nocturna aún equilibrada

Ante esta invasión, ¿dónde están los barceloneses? No en el lado marítimo, sino en la ciudad, y “Suelen salir los viernes y sábados. En cambio los miércoles y jueves son días de turistas”afirma Ramón Más, gerente de varias discotecas de Barcelona y presidente de la federación nacional de establecimientos nocturnos de españa.

En su opinión, el equilibrio entre el turismo local y el turismo se mantiene bastante estable en la capital del condado y las cifras le dan la razón. El año pasado, el 46,26% de las personas que visitaron la vida nocturna de Barcelona procedieron de la propia ciudad. Los residentes de la gran periferia representaron aproximadamente una cuarta parte de la asistencia, mientras que el turismo nacional representó el 16,31% del total y sólo uno de cada diez juerguistas era un visitante extranjero.

Es sobre todo en verano cuando la tendencia se invierte y notamos más a los veraneantes: habiéndose ido los barceloneses de vacaciones, sólo quedan los turistas. “Cuando ves que tu público nacional ya no está, tienes que atraer público extranjero trabajando con ellos y ofreciéndoles cosas que les gusten”explica Ramón Más, que justifica con ello una programación musical calibrada para los jóvenes del norte de Europa, abandonando a Karol G y Rosalía en favor de Dua Lipa o Jul.

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Esta ocupación del espacio festivo por parte de veraneantes alimenta un odio turístico que sabemos que está creciendo en Barcelona. Ramón Más no está de acuerdo. Sobre todo, nos explica, esta asistencia es importante para un sector en decliveque ha perdido más de 200 plazas en 20 años: “Para nosotros es muy importante que Barcelona sea visitada por turistas que vienen a comer o de fiesta. Estoy totalmente en contra de este movimiento antiturista, es un motor de la economía de la ciudad”.