¿El modelo turístico español está llegando a sus límites?
¿Tiene límites el turismo? ¿El modelo español está llegando a su fin? Elementos de respuesta… o vías de reflexión.
España acogió recientemente el aumento del número de turistas (un 14,5% más durante los primeros cuatro meses de 2024). 4,4 millones de turistas procedieron del Reino Unido, 3,2 millones de Alemania y 3,1 millones de Francia. Y el gasto de los turistas internacionales aumentó un 22,6% hasta alcanzar ya los 31.513 millones. En abril alcanzaron los 9.565 millones de euros, un 13,1% más que en abril de 2023. Según el INE, Cataluña es la que más turistas recibe (21,3%), un 8% más respecto a 2023, seguida de cerca por Andalucía (15,4%). o un 4,4% más que en 2023) y Baleares (un 15,3% o un 1,2% más).
En los últimos meses, Canarias es la que más turistas ha acogido (5,5 millones o un 11,4% más respecto a 2023), Cataluña (5 millones o un 16,3% más) y Andalucía (3,6 millones de personas o un 13,5% más). Barcelona en particular fue clasificada como la octava ciudad turística del mundo por la consultora canadiense Resonance. Su puerto, que cuenta con 7 terminales, es la primera base europea y la cuarta del mundo. Recibe 3 millones de pasajeros cada año.
Una Las Vegas española
El turismo provoca fenómenos de concentración en las costas. Se han sucedido proyectos de macroturismo, como el del grupo americano Las Vegas Sands, que pretendía eludir la legislación laboral y la de prevención del blanqueo de capitales… Fue sustituido en 2015 por un nuevo proyecto, BCN World, un Parque de 825 hectáreas destinado a albergar hoteles, casinos, campos de golf, etc. cerca del parque de atracciones Port Aventura. En 2015, el proyecto se convirtió en Hard Rock Entertainment World: esta Las Vegas catalana albergaría dos hoteles, 75 tiendas, una sala de conciertos y una enorme piscina en Tarragona. Las polémicas que generó rompieron la coalición del gobierno catalán y condujeron a nuevas elecciones el 12 de mayo de 2024. Entre las críticas dirigidas al proyecto: su impacto medioambiental. De hecho, el megacomplejo de Hard Rock iba a extraer toneladas de agua del río Ebro, ya seco según la asociación «Stoppons le Hardrock», una plataforma creada en 2012.
De hecho, el modelo turístico español encuentra cada vez más resistencias. Grupos ecologistas como Ecologista en Acción exigen el cese de los macroproyectos así como la reducción de los cruceros en el puerto de Barcelona. Ya el 6 de agosto de 2017, El País titulaba un artículo “Turismofobia, ciudades en alquiler” sobre la situación en Baleares.
No te conviertas en la Ibiza del Norte
El 20 de abril de 2024, durante una gran manifestación en Canarias, los manifestantes exigieron un cambio de modelo bajo los lemas “Canarias están agotadas” y “Hoy decimos detener la destrucción”. Exigieron el establecimiento de una tasa ecológica y una moratoria turística. Incluso se ha iniciado una huelga de hambre contra el modelo turístico.
En Mallorca, los vecinos, hartos de las botellas de cerveza baratas y las colillas de cigarrillos que ensuciaban las playas, marcharon masivamente (casi 10.000 personas según la policía) el 25 de mayo de 2024. Un cartel podía leer: “Demasiados turistas, demasiados coches, demasiados yates… Residentes SOS”. En Cantabria el 20 de mayo de 2024, 8.000 personas (según la policía) acudieron a manifestar su rechazo a convertirse en la Ibiza del Norte. La “turismofobia” ha llegado a tal punto en Valencia que el 2 de junio de 2024 tuvo lugar una manifestación para defender el derecho al turismo: los manifestantes señalaron que según datos de la Asociación de Empresas de Apartamentos Turísticos de la Comunidad Valenciana, la ciudad valenciana El turismo aportó 561.558.935€ a la economía local.
La preocupación y el enfado de la población han llegado a algunos municipios porque Ibiza y Mallorca han endurecido su legislación: el 10 de mayo de 2024, el gobierno balear, respondiendo a manifestaciones sin precedentes, aprobó un decreto que sanciona una multa que podría llegar hasta los 1.500 euros para el consumo de alcohol en zonas de “exceso de turismo”.
Límites a los alquileres turísticos
A nivel nacional, el Tribunal Supremo ha puesto límites a los apartamentos turísticos en dos sentencias (de 27 y 29 de noviembre de 2023) que refuerzan la prohibición de realizar actividades económicas o comerciales de cualquier naturaleza en los condominios de uso exclusivo residencial. Se había aprobado un nuevo decreto, el Decreto Ley 3/2023, que establece la necesidad de autorización para el uso turístico de los alojamientos, el nuevo sistema pretende aplicarse en 262 ciudades (en 140 de ellas hay tensión en el mercado inmobiliario). y en 122 ciudades donde existe riesgo de perturbación por el número de alojamientos turísticos).
Estas autorizaciones tendrán una duración de 5 años. En cuanto a los alojamientos turísticos que ya han sido homologados, disponen de 5 años para obtener una nueva autorización. Entre 2009 y 2014, el número de autorizaciones se multiplicó por quince en Barcelona antes de estabilizarse bajo el liderazgo de Ada Colau, ex activista por el derecho a la vivienda. El actual alcalde socialista de Barcelona, Jaume Collboni, dio la sentencia de muerte al alojamiento turístico el 21 de junio de 2024 el día X: “Queremos garantizar el derecho a vivir en Barcelona y luchar eficazmente contra la crisis de vivienda que vivimos desde hace años. Por eso, desde el ayuntamiento actuamos: no más alojamientos turísticos en Barcelona #PrioritzemHabitatge“.
Un obstáculo natural o casi
El “éxito turístico” de España enfrenta ahora otro obstáculo. Desde el 7 de mayo, gracias a las abundantes lluvias, el nivel de reservas de agua, que en marzo era del 15%, ha aumentado hasta el 25,4%. Ahora es posible utilizar 230 litros de agua al día en lugar de 200; algunos municipios han pasado del estado de emergencia al estado de excepcionalidad. Pero aunque gracias a las últimas lluvias, en tres meses el embalse de Sau pasó del 5% de su capacidad a más del 40%, alcanzando la red Ter-Llobregat el 37,6%. Sin embargo, aunque el estado de emergencia por sequía se levantó en mayo, según los expertos, España es, junto con Grecia, el país con mayor estrés hídrico. El 75% de su territorio está en riesgo de desertificación.
El empeoramiento de la sequía es una realidad según el último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Desde hace tres años, las represas están al mínimo. Incluso los campos de olivos están en peligro. En abril de 2024, 12 municipios catalanes se encontraban en situación de emergencia, 2.229 en estado de excepción, 1.274 en estado de excepcionalidad y 53 en estado de alerta.
Sobreturismo y estrés hídrico
Sin embargo, el impacto del sobreturismo es considerable en el estrés hídrico: la falta de agua en Canarias, las Islas Baleares y a lo largo de la cuenca mediterránea se atribuye principalmente al aumento de las necesidades de agua durante los períodos estivales. La plataforma Agua es Vida, formada por diversas asociaciones que agrupan a colectivos ecologistas pero también a asociaciones de vecinos, denuncia el control de determinados sectores económicos sobre el recurso. Sólo el control de la sociedad civil sobre la gestión del agua podría garantizar la calidad de este servicio esencial.
Para algunos autores, las plantas desaladoras podrían ser una solución. La primera de estas plantas se instaló en la isla de Lanzarote en 1964 y producía 2.500 metros cúbicos de agua potable al día. Canarias cuenta ya con 281 desaladoras en la provincia de Las Palmas y 46 en Santa Cruz de Tenerife. En total, España cuenta hoy con 765 desaladoras y otros muchos proyectos están en marcha. España ocupa el tercer lugar en este ámbito por detrás de Australia y Singapur.
¿Son las plantas desaladoras la solución a largo plazo? ¿Podría un impuesto pigouviano compensar las consecuencias negativas del turismo integrando externalidades negativas? Según algunos, como el economista Carlos Manera, la solución podría ser un turismo de calidad “que corrija el importante diferencial de precios generado por los nuevos destinos turísticos”. ¿Pero será suficiente deshacerse de los “malos turistas” para garantizar el respeto al medio ambiente sin renunciar al modelo tradicional de playa y sangría?
Carole Viñals, profesora,
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.