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España dividida, Francia enfadada: los efectos del polémico acuerdo del Mercosur

Si bien Francia se opone ferozmente a la firma del tratado de libre comercio entre Mercosur y la UE, la situación en España tiene más matices. O más bien divididos, entre voluntad gubernamental y realidad agrícola.

Lleva 25 años en negociación. Normalmente, a finales de 2024 se debería firmar finalmente el acuerdo de libre comercio entre los países del Mercosur y la UE. Excepto que algunos países se oponen a ello, como Francia, líder de la protesta, donde se desarrollan manifestaciones agrícolas.

En España la opinión está dividida. Si los altos funcionarios presionan para que se firme lo antes posible, las asociaciones sindicales agrícolas no lo ven tan bien.

Los agricultores están en contra del acuerdo…

Mencionado por primera vez en 1999, pero finalmente promulgado en 2019, luego negociado y renegociado, este tratado facilitaría el comercio entre los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay) y los de la Unión Europea. Actualmente, España exporta -sólo- 400 millones de euros en productos agroalimentarios a América del Sur, mientras que importa este tipo de bienes por un importe de 4.000 millones de euros. Por tanto, los dirigentes creen que este acuerdo podría ser favorable para la economía del país, algo que califican con vehemencia las asociaciones agrícolas.

De hecho, señalan ciertos sectores donde la competencia desleal sería inevitable, como en el sector cárnico, uno de los más importantes de la economía del país, que sería desafiado por Argentina, líder en el campo.

Los agricultores insatisfechos mencionan especialmente las normas de sanidad agrícola. De hecho, los países sudamericanos no tienen que respetar las mismas medidas que los países europeos en cuanto a los salarios laborales o los pesticidas y hormonas utilizados. Por lo tanto, temen importaciones a bajo precio que les quitarían ciertas cuotas de mercado.

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Las asociaciones también consideran que el acuerdo sería una catástrofe desde el punto de vista medioambiental. Para el Mercosur, este tratado fomentaría un aumento de los productos exportados y por tanto de la producción. Un aumento que inevitablemente requeriría una mayor deforestación para plantar campos destinados a la producción intensiva, en un bosque amazónico ya desfigurado por el comercio. Por no hablar del coste energético del transporte de mercancías, que emite muchos gases de efecto invernadero.

En resumen, este acuerdo histórico simplemente iría en contra del principio de soberanía alimentaria, opina Miguel Padilla, secretario general del COAG (Comité Coordinador de Organizaciones de Agricultores y Criadores) en El Independiente:

…y los que están en el poder están a favor

Por su parte, los dirigentes políticos españoles, entre ellos Luis Planas, ministro de Agricultura, defienden con uñas y dientes este acuerdo, una necesidad para influir en lo que existe entre los países del Mercosur y España.

Durante la conferencia de prensa brindada el lunes 18 de noviembre, el ministro también habló de la importancia del evento en la geopolítica global. Aunque Donald Trump acaba de ser nombrado presidente de la Casa Blanca, es urgente que los países europeos encuentren otros países además de Estados Unidos con los que comerciar, considera el político.

Recuerda que cuando Trump fue elegido en 2019 aplicó derechos de aduana a 113 productos españoles por valor de unos 7.000 millones de euros. Aunque estas fueron suspendidas en 2021 por 5 años, el regreso del republicano al poder está causando gran preocupación en las altas esferas españolas.

Por el momento, no se han anunciado manifestaciones agrícolas en España, pero sí bloqueos franceses en las carreteras franco-españolas, en la frontera. Sobre una firma inminente del acuerdo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, habló este lunes en los albores del G20 brasileño (donde las discusiones sobre el tratado deberían ir bien), admitiendo que si