Gloria y caída de Emilie Detouche, empresaria francesa en Barcelona hace 100 años (parte 1)
A principios del siglo XX, las condiciones de las mujeres dentro de la comunidad francesa de Barcelona eran diversas y determinadas por el entorno social de su nacimiento. Pero algunos de ellos lograron distanciarse de los roles tradicionales que se les asignaban. Es el caso de Émilie Detouche, soltera, gestora de empresas y patrona de la comunidad francesa de Barcelona. Una mirada retrospectiva a su atípico viaje de luces y sombras en dos episodios.
PRIMERA PARTE
Émilie Detouche nació en el seno de una familia de industriales franceses afincados en Gràcia (Barcelona) desde 1870. Su padre, Émile Detouche, dirigía una empresa especializada en la producción y comercio de metales forjados. Sensible a las cuestiones sociales, hizo de su empresa un modelo de la época: se hizo cargo de la educación de los hijos de sus trabajadores, concedió primas anuales y fomentó la creación de una cooperativa gestionada por los propios trabajadores. Para administrar el negocio involucra en la gestión a sus dos hijos, Eloy y Emilia.
Cuando éste falleció en 1908, tomaron las riendas de la empresa, rebautizándola como Hijos de Emilio Detouche, y garantizando una gestión equitativa. Durante los primeros años de su gestión conjunta, perpetuaron las políticas sociales y empresariales establecidas por su padre.
Un éxito forjado durante la Gran Guerra
1914 constituye un punto de inflexión en la gestión de su patrimonio. Estalla la guerra y Eloy se moviliza. Debido a una discapacidad cardíaca, fue destinado a oficinas en París, donde permaneció de 1915 a 1918, mientras continuaba dirigiendo la empresa con Emilie, que permaneció en Barcelona. La Gran Guerra despierta en los dos hermanos y hermanas una oleada de solidaridad hacia sus compatriotas residentes en Barcelona. Hasta entonces, su familia apenas participaba en las actividades de la comunidad francesa en Barcelona.
A partir de 1914, sin embargo, se involucraron plenamente, convirtiéndose en una de las familias más influyentes. Su empresa se convierte así en la segunda empresa francesa en Cataluña que financia el sistema de solidaridad financiera creado por la comunidad francesa de Barcelona para las familias de reclutas que se encuentran sin recursos. Al mismo tiempo, financiaron la publicación de libros de literatura de países aliados y obras satíricas, como la colección de caricaturas antialemanas “Kameraden”.
También se convirtieron en los principales contribuyentes económicos del Hospital Francés de Barcelona, encargado de acoger y tratar a los heridos de guerra. Estas importantes contribuciones demuestran que el período de guerra estaba resultando exitoso para su negocio de metales forjados. De hecho, las donaciones que realizan sólo son posibles gracias al crecimiento financiero de su empresa, que permite compensar estos gastos. Probablemente Eloy aprovechó sus contactos parisinos para acceder al mercado francés, centrándose entonces por completo en la economía de guerra.
Acciones sociales y pistolismo
En 1918 terminó la guerra y Eloy regresó a Barcelona. La estabilidad financiera de la empresa parece intacta, como lo demuestra la creciente implicación de Emilie en iniciativas sociales. Fundó el anexo infantil del Hospital Francés, destinado a niños franceses y catalanes huérfanos de guerra. Su labor empieza a ser reconocida, como lo demuestran los elogios del gobierno francés en Barcelona, que la califica como un “halo de piedad, bondad y compasión”.
En 1918, la empresa Detouche se encontraba en plena prosperidad. Pero la ola de protesta social que sacude Cataluña desde 1917, y que hasta entonces salvó a la empresa, acabó llegando hasta ellos. Los sindicalistas entran en la fábrica y quieren obligar a los trabajadores a afiliarse a un sindicato. Ante la negativa de los trabajadores, surgieron amenazas. Interviene Eloy. Se produce un ataque a tiros que provoca la muerte de un trabajador y heridas a otros cinco. Eloy escapa por poco de las balas.
Según periódicos de la época, este suceso transformó a Eloy. Luego decidió afiliarse a la Federación Patronal, un sindicato empresarial intransigente hacia los activistas de la CNT, un sindicato anarquista.
Era la época del pistolismo, una época en la que los empresarios liquidaban a los trabajadores sindicalistas mediante matones. Sin embargo, Eloy permaneció allí por poco tiempo y salió de la organización patronal «disgustado», según informaron los diarios de la época. Luego optó por dedicarse a las obras de los franceses en Barcelona. En particular, llegó a ser presidente de la Alliance Française de Barcelona y se incorporó a la junta directiva de la Cámara de Comercio de Barcelona (actualmente CCI). Sin embargo, debido a continuos problemas de salud, Eloy falleció en 1920.
¡Encuentra la SEGUNDA PARTE de la historia de Emilie Detouche el próximo domingo!
La historia de los franceses en Barcelona
El historiador Guillaume Horn, autor de este artículo, dirigió la investigación y redacción de la obra LOS FRANCESES DE BARCELONA, SOMBRAS Y LUCES – DEL SIGLO XV AL XX.
El libro todavía está disponible y si se compra en la librería francesa Jaimes de Barcelona, toda la recaudación se donará a Charity. Información y pedidos en la web de la librería.
La historia de los franceses en Barcelona
El historiador Guillaume Horn, autor de este artículo, dirigió la investigación y redacción de la obra LOS FRANCESES DE BARCELONA, SOMBRAS Y LUCES – DEL SIGLO XV AL XX.
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