Viaje a la Renaixença, el renacimiento catalán
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Es uno de los principales movimientos culturales de Cataluña.
El Renacimiento en su conjunto es ante todo mediterráneo. Es común ver a Petrarca como una de las primeras figuras primitivas de este movimiento. En el siglo XII, eruditos del reino de Aragón y Cataluña estuvieron entre los primeros en mostrar interés por las culturas antiguas e italianas: el noble Juan Fernández de Heredia hizo traducir al catalán a Tucídides y Plutarco; el mayordomo del rey Jaime I de Aragón tradujo a Séneca.
Sin embargo, el renacimiento catalán, el , es un movimiento cultural que surgió mucho más tarde, en 1833. Este renacimiento estuvo motivado entonces por revivir la cultura y especialmente la lengua catalana. Esto de alguna manera pone fin a la (decadencia), período durante el cual el catalán desapareció de las instituciones en favor de la lengua española, concomitantemente con la caída del Reino de Aragón contra Castilla.
Un movimiento cultural y filosófico.
Al igual que el Renacimiento europeo, une principalmente los campos de la literatura, pero también la arquitectura, la pintura, la política, el espíritu empresarial y la historia. La primera vez que el término aparece públicamente es durante las justas verbales poéticas de Barcelona, las famosas (juegos florales).
El pionero del Renacimiento catalán es sin duda el poeta-periodista Carles Aribau. En 1933 publicó la Oda a la Patria, Oda a la Patria. Un poema en alejandrinos que exalta la lengua catalana. Según el autor, catalán, para Aribau el catalán es nada menos que “. Según el poeta, después de la lengua catalana, están los paisajes de Cataluña: Montserrat, Montseny y Montjuïc.
Otra gran figura del Renacimiento catalán es Jacint Verdaguer, uno de los principales poetas del país. Nacido en 1845 cerca de Vic, en la montañosa Cataluña, Verdaguer se sitúa en la familia de poetas románticos junto a Baudelaire, Hugo y Lamartine.
Grandes poetas y escritores.
Después de sus estudios católicos, Jacint Verdaguer se hizo sacerdote. Posteriormente publicó uno de sus textos que se convertiría en el más famoso: Canigóla montaña ubicada en el norte de Cataluña, en el departamento francés de Pirineos Orientales. Poco después viajaría a la tierra que volvería a ser Israel siguiendo los pasos de los personajes bíblicos. Una experiencia que le provocó una profunda crisis personal. Jacint Verdaguer quiso invertir aún más en la Iglesia católica convirtiéndose en exorcista, lo que explica la obsesión religiosa que surgiría posteriormente de sus textos. La obra más magistral de Verdaguer es su “Oda a Barcelona”.
Si tuviéramos que citar un tercer y último autor del , sería Manuel Milà i Fontanals, uno de los organizadores de los Juegos Florales, anteriormente citado. Este escritor también trabajó para mejorar la ortografía de la lengua catalana. Entre sus discípulos se encontraba Joan Maragall, otro de los grandes poetas catalanes. Milà i Fontanals es romántico en esencia. Nada más lógico, ya que en definitiva es el que traerá el romanticismo a Cataluña. Aquí pues, se unen definitivamente el renacimiento europeo.