Apertura de temporada de calçot en Barcelona, la tradición catalana por excelencia
En Barcelona la temporada de calçot está abierta, aunque los expertos no han deliberado sobre su fecha oficial de lanzamiento. A partir de noviembre o enero según tu punto de vista.
Para aquellos que aún no han tenido el placer de participar en una calçotada, aquí tenéis una rápida actualización. Es una comida, generalmente compartida en grupo, cuyo alimento principal es el calçot, de ahí el nombre. Originaria de Valls y aparecida a finales del siglo XIX, la calçotada no se popularizó hasta mediados del siglo pasado. Ahora es imprescindible en toda Cataluña y más allá de sus fronteras. Se organiza entre finales de otoño y principios de abril, en función de la presencia de su principal alimento en los mercados. El menú de esta comida familiar es bastante sencillo: calçots, carne, pan, salsa y naranjas.
Evidentemente, si hay un alimento en el que no debes fallar es ¡el calçot! Se trata de una variedad de cebolla suave y dulce. Se recomienda utilizar el Calçots de Vallsmás conocida Su particularidad radica en que, en lugar de ser redonda, la cebolla es alargada y fina, dándole el aspecto de un pequeño puerro que se compra en manojos.
¿Por qué se llama calçot?
La palabra “calçot” sin duda hace referencia a la técnica que se utiliza para generar el crecimiento vertical de la cebolla. De hecho, periódicamente, unas 3-4 veces durante su desarrollo, las “calzamos” (en catalán) con tierra: es decir cubrimos la base de la planta con un poco de tierra para favorecer que la cebolla se estire para buscar la luz.
¿De dónde vienen los calçots?
Su descubrimiento se produjo a finales del siglo XIX, no lejos de Tarragona, gracias a un campesino algo despistado del pueblo de Valls que, sin querer, dejó cebollas quemadas en una parrilla. Como no se trata de tirarlos, el granjero los habría pelado antes de consumirlos, sorprendido por su fundente y agradable sabor. Naturalmente, Valls se ha convertido en la capital de los calçots.
Esta versión de un invento 100% catalán se ha visto matizada desde entonces con el descubrimiento de una representación de calçots en Szőny (Komárom) en Hungría. Antiguo territorio del Imperio Romano, en una villa que data del siglo III d.C. encontramos un fragmento de pintura en el que se representa a un hombre (probablemente un esclavo) probando largas cebollas, exactamente en la misma postura que adoptamos hoy para comer calçots. Este descubrimiento atestigua un consumo ya presente en el Imperio Romano, corroborado por investigaciones posteriores.
Aunque existe debate sobre el origen, los calçots se convirtieron en motivo de reuniones festivas en el siglo XX. En la década de 1950 se empezó a organizar grandes eventos en los que participaban figuras de la vida artística y cultural de Barcelona.
Hoy en día existe una IGP (Indicación Geográfica Protegida) otorgada por la Unión Europea que cubre las zonas de producción del Alt Camp, Baix Camp, Tarragonès y Baix Penedés. El auténtico calçot IGP debe medir entre 15 y 25 cm y tener un diámetro de 1,7 a 2,5 cm.
¿Cómo se come?
Las almas sensibles se abstienen: los calçots se comen con las manos.
A menudo se sirven sobre baldosas de terracota para retener el calor. Luego coges un calçot a la plancha: con una mano agarras las hojas centrales, con la otra tiras ligeramente de la punta. El calçot tierno y limpio sale con facilidad, libre de sus hojas carbonizadas. Ya sólo queda mojarlo en la salsa romesco, levantar el brazo y bajar el calçot a la boca.
Los mejores restaurantes de Barcelona para degustar calçots
La Foxarda: ecuestre y rural
Enclavado detrás del MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña), este restaurante Es uno de los secretos mejor guardados de Barcelona. Nota para los amantes de los caballos: tiene vistas a un centro de equitación. O cómo alojarse en Barcelona mientras disfrutas de un ambiente campestre…
DIRECCIÓN : Av. de Francesc Ferrer i Guardia, 13, Sants Montjuïc, 08038, Barcelona.
Menú calçotada*: desde 36€.
Bodega Joan: tradición y delicadeza
Durante más de 80 años, el Bodega Juanasituado en pleno barrio del Eixample, hace las delicias de habituales y recién llegados con calçots cocinados al carbón que se acompañan de deliciosas alcachofas, pulpos a la gallega o caracoles.
DIRECCIÓN : Calle Rosellón 164, L’Eixample, 08036, Barcelona.
Menú Calçotada: desde 33,50€.
Can Travi Nou: bucólico y familiar
Situado en una magnífica masía catalana alfombrada de buganvillas, Can Traví Nou ha sabido conservar el carácter familiar de este lugar antiguamente dedicado a la producción de vino. Rústico y elegante, ofrece un ambiente excepcional tanto en el interior como en el jardín.
DIRECCIÓN : Calle de Jorge Manrique, s/n, Horta-Guinardó, 08035 Barcelona.
Menú Calçotada: desde 44,90€.
El Pintor: auténtico y céntrico
El Pintor, se encuentra – como su nombre indica – en el antiguo estudio de un artista. Arcos de piedra, vigas vistas, grandes ventanales con contraventanas de madera… Este entorno preservado del Barrio Gótico está a la altura de la calidad de los platos que se ofrecen.
DIRECCIÓN : Carrer de Sant Honorat, 7, Ciutat Vella, 08002, Barcelona.
Menú Calçotada: desde 44,90€.
Nou Can Martí: panorámica y exótica
En pleno parque de Collserola, este restaurante que domina Barcelona y ofrece una vista de 360° de la ciudad condal. Los más deportistas podrán llegar a pie desde el famoso Carretera de les Aigües que serpentean sobre las cimas de la ciudad y ofrecen una merecida pausa gastronómica.
DIRECCIÓN : Pasaje de la Font del Mont, 4, Sarrià-Sant Gervasi, 08017 Barcelona.
Menú Calçotada: desde 34€.
*Los menús de calçotada van acompañados de un plato principal, un postre y una bebida. Para más información consulta la carta de cada restaurante.