Costa Dorada, Brava… Los secretos de los nombres de las costas catalanas
Costa Brava, Costa Dorada, Costa Maresme… Estos nombres son para muchos sinónimo de sol y relax, ya que las costas catalanas son muy populares entre los turistas, pero ¿qué se esconde detrás de estos nombres mundialmente famosos?
Playas de arena fina, aguas cristalinas, pinares y acantilados… Las costas catalanas están repletas de playas idílicas que han hecho su reputación. Los nombres de estas costas son conocidos por todos los amantes de la natación y de las intensas sesiones de bronceado. Brava, Dorada, Maresme… Muchas veces, el origen de estos términos encierra ricas anécdotas que nos permiten conocer más sobre el pasado de las comarcas donde nos alojamos. A continuación se detallan las diferentes historias de los nombres del popular litoral norte ibérico.
“Brava”, un marrón “salvaje”
La primera aparición de la expresión «costa brava» data del año 1908. Se utilizó en un artículo publicado en el diario catalán La Veu de Catalunya. El periodista Ferran Agulló i Vidal describe así la costa de la provincia de Girona: “costa bravabrava”.
Este nombre atrajo inmediatamente. Sobre todo porque en aquella época la tendencia era rebautizar las costas con un nombre más poético. Por tanto, el término Costa Brava tiene todo para agradar. En 1960 se adoptó oficialmente el nombre. Una época que corresponde al inicio del turismo internacional en España y que convirtió a esta región, que se extiende desde Blanes hasta Port-Bou, en una de las más turísticas de España.
Si el nombre «brava» puede sugerir un vínculo con las «patatas bravas», una tapa emblemática de Cataluña conocida por estas patatas fritas acompañadas de salsa picante de pimentón, en realidad no es así. El término «brava» es polisémico, en este sentido significa a la vez «salvaje», «empinado», como una costa, y «fuerte», como el picante de la salsa.
Costa Dorada, playas de arena dorada
Un poco más al sur de la Costa Brava se encuentra la Costa Dorada. Su nombre no deja lugar al suspenso. Y por una buena razón, oro significa dorada en francés (y no dorada), como el color dorado de la arena fina de sus 80 kilómetros de playas. Un tono amarillo que contrasta con el color azul del agua del mar. Geográficamente, el litoral de la Costa Dorada comienza al norte con la localidad costera de Segur de Calafell y termina al sur con Alcanar.
Entre las ciudades turísticas hay numerosos pueblos pesqueros y bonitos balnearios. Entre las ciudades más famosas se encuentran Salou con su bonito paseo marítimo y su animada vida nocturna, la tranquila ciudad de Cambrills, Sitges con su romántico museo y, por supuesto, Tarragona con su centro histórico.
Costa Maresme, una costa agrícola
Entre la Costa Brava y La Dorada se encuentra la menos conocida Costa Maresme. Su nombre proviene simplemente de la comarca del mismo nombre, cuyo nombre evoca su proximidad al mar. También aquí, sus 50 km de playas mediterráneas atraen tanto a españoles como a extranjeros. Estos últimos se extienden desde Montgat y Ocata cerca de Barcelona hasta los de Malgrat de Mar que conectan con la Costa Brava. El encanto de la comarca reside también en su pequeña sierra (Serralada del Litoral y Montnegre-Corredor) que la delimita al Oeste. Más allá de su topografía, la provincia es también la gran huerta de la región, con sus cultivos de frutas y hortalizas que llegan frescos a los mercados catalanes… ¡para el mayor placer de los consumidores!
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