Economía, seguridad, sequía: los temas candentes del nuevo gobierno catalán
Durante las vacaciones, el lunes 12 de agosto, tomó posesión el nuevo gobierno catalán. Con el socialista Salvador Illa a la cabeza. Aquí están los temas candentes que aguardan al gobierno catalán.
Economía
Cataluña se prepara para vivir una revolución fiscal. El gobierno catalán recaudará, gestionará y distribuirá la totalidad del impuesto sobre la renta a partir del año 2026. Actualmente, Cataluña genera 60.000 millones en impuestos, los envía al resto de España, en nombre de la solidaridad nacional, y sólo recupera 4,9. El nuevo sistema funcionará exactamente al revés. Cataluña recaudará impuestos, inyectará 30.000 millones en su presupuesto y devolverá esos 30.000 millones a España. Una reforma radical que tendrá que ser aprobada por el Parlamento español. La mayoría ya está encontrada: socialistas, izquierda radical y separatistas catalanes votarán a favor de la medida. La ley deberá pasar entonces por las horquillas caudinas del Consejo Constitucional.
Sequía
Cataluña, y en particular Barcelona, está sufriendo restricciones por la sequía. Aunque actualmente las medidas son menos severas debido a las lluvias caídas en las últimas semanas, la situación aún se sigue vigilando de cerca, especialmente si el otoño es seco. El Gobierno debe poner en marcha la depuradora del río Besòs y conseguir financiación para dos nuevas depuradoras.
Además, la lucha contra la sequía forma parte de un plan de acción global contra el calentamiento global. En este sentido, se espera que el Consejo de Ministros de Cataluña implemente en el territorio la ley de residuos, que tiene como objetivo principal reducir los envases contaminantes. También se espera el decreto sobre la calidad del aire con el desarrollo de Zonas de Bajas Emisiones y el impulso de la Agencia de la Naturaleza.
Infraestructura
Tras un acuerdo con el gobierno, Cataluña recupera la gestión de los trenes de cercanías y regionales. Se destinarán mil millones de euros a mejorar el servicio que comenzará con el traspaso de la línea R-1.
El tema del aeropuerto de Barcelona sigue generando discordia. Entre los liberales que quieren una expansión por razones económicas y los ecologistas que quieren un statu quo, el nuevo gobierno socialista prefiere el término expansión. En concreto, una comisión técnica explorará un modelo que permita al Prat «ganar capacidad» con nuevas conexiones intercontinentales.
Seguridad
Una de las lacras de Barcelona en este ámbito es la de la reincidencia. Especialmente los carteristas o aquellos que operan mediante engaños. Necesitamos más agentes de los Mossos d’Esquadra, la conclusión es unánime. Cataluña tendrá que negociar con el gobierno español el número de contrataciones y plazas disponibles en las escuelas de policía. Los nuevos agentes de policía se encargarán de la seguridad diaria con el reto de acoger a una población turística cada vez mayor. También se necesita personal adicional para garantizar la seguridad durante grandes eventos, conciertos y festivales.
Finalmente, en el ámbito de la seguridad vial, el desafío es seguir reduciendo la tasa de mortalidad y alcanzar el objetivo de reducirla a la mitad para 2030.
Políticas sociales
El 11% de los catalanes vive por debajo del umbral de pobreza, mientras que uno de cada cuatro habitantes forma parte de las clases sociales denominadas clase trabajadora. El gobierno prevé relajar las condiciones de acceso a la RSA catalana.
La lucha contra la violencia familiar sigue siendo relevante. En 2024, 18 mujeres fueron asesinadas por sus parejas en Cataluña.
Además, cinco menores fueron asesinados por sus padres en cuatro meses, una cifra sin precedentes. Un expediente urgente sobre la mesa del Consejo de Ministros.
Cultura
El mundo cultural, si se consiguen los objetivos, debería poder gastar el 2% del presupuesto total de Cataluña. De momento, la barra alcanza el 1,5%.
En cuanto a la defensa de la lengua catalana, el gobierno cuenta ahora con un ministerio de pleno derecho cuya misión es desarrollar un plan de acción transversal a todas las políticas gubernamentales. »Es una constatación de que las nuevas generaciones, particularmente en Barcelona, están abandonando el uso del catalán. Para intentar cambiar la situación, el gobierno lanza un ambicioso pacto lingüístico con un presupuesto de 200 millones de euros. Con la ambición de potenciar el uso de la lengua de Ramon Llull, en establecimientos sanitarios e incluso empresas.
Salud
La población catalana es cada vez más mayor y cada vez hay menos médicos disponibles. Se espera que en los próximos años se jubilen 9.000 profesionales de la salud y la tarea de reemplazarlos será desalentadora. De hecho, es probable que las listas de espera para someterse a una cirugía crezcan aún más.
Además, Cataluña aún no ha alcanzado el 25% de presupuesto que debe destinarse a salud como recomienda la Organización Mundial de la Salud.