El inevitable asesinato de las corridas de toros en España
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El gran debate sobre la corrida de toros regresó a España, a través de una petición en gran parte firmada y ahora llegó a los oídos del gobierno. ¿Se separará el país del toro de una de sus tradiciones más típicas?
Nos guste o no, la corrida de toros es una tradición española secular. Incluso se formó en 2013 como parte del patrimonio cultural intangible del país. Esta ley priva a las regiones de gestión completa de sus arenas y protege las corridas de toros a nivel nacional.
De hecho, una gran parte de las regiones respetan la mitad de esta ley y ya no organiza, por ideología, de eventos vinculados a la lucha de toros, como en Cataluña. Pero en Andalucía o Madrid, la tradición persiste, para el disgusto de los oponentes. A principios de 2024, el colectivo anti-tauromachie no es mi cultura presentó una ILP (iniciativa legislativa popular) a la Asamblea para cancelar este estado. Este ILP, que es un mecanismo de democracia semi-directo proporcionado por la ley española, tuvo hasta febrero de 2025 para reunir a más de 500,000 firmas y, por lo tanto, ser examinados por los funcionarios.
Esto se hace ya que la petición recolectó 715,000 firmas, 40 % más que el total requerido. Si la asamblea sigue la petición, las corridas de toros podrían perder su estado de herencia. Si es necesario, la decisión de organizar o prohibir las corridas de toros se presentaría a los municipios y las regiones autónomas.
Si los activistas anti-Corrida dicen que están encantados y dan la bienvenida a una locura popular, las pro-corridas permanecen escépticas. Este es el caso de Veronica Moreno, ex presidente de la Unión de Amantes de Tauromachie y Cataluña:
Y aunque los activistas anticorrida afirman que la tradición no es artística o cultural estrictamente hablando, por su parte, Veronica recuerda que la corrida de toros ha inspirado a los mejores artistas del país:
A pesar de su anclaje histórico, la pelea y lo que lo rodea ya no parece seducir a los españoles. Según el último informe gubernamental sobre prácticas deportivas y culturales, el 65 % de los entrevistados dijeron que estaban poco o no interesados en las corridas de toros, y solo el 1.9 % había asistido a un espectáculo durante el año pasado. A partir de esta observación, el atractivo de la disciplina parece derretirse como nieve al sol, y necesariamente, la economía que también genera. Tanto es así que al final, incluso si la petición no se vota, parece que la corrida de toros se apagará a sí misma, por falta de medios para mantenerla con vida.