El origen del Roscón, el pastel del rey español
En España, olvídate de la tortita de frangipane para celebrar la Epifanía. Aquí te compartimos el Roscón de Reyes, una corona de brioche que también lleva una haba… y una haba.
Ha invadido todas las pastelerías de la ciudad, pero también supermercados y hogares: el imprescindible Roscón de Reyes, literalmente “brioche con corona de reyes”, el equivalente a nuestra galette des rois. Condimentado con ralladura de naranja y limón, brandy y azahar, el Roscón a veces se adorna con crema pastelera o de chocolate.
También esconde un frijol, generalmente una figura, además de un frijol. Esta costumbre de esconder objetos en las tartas se remonta a prácticas antiguas y paganas, simbolizando la suerte, la fertilidad o la divinidad. En el contexto del Roscón de Reyes, la persona que encuentra la figura se convierte en rey o reina del día, mientras que la persona que encuentra el frijol tendrá que pagar el siguiente Roscón.
El equivalente a la Galette des Rois en España
El origen del pastel en sí se remonta a la época romana, donde se celebraban las Saturnales con pasteles redondos, dulces y con sabor a miel. La tradición del Roscón se remonta a la época medieval en España, donde se celebraban de manera grandiosa y alegre las fiestas de Reyes. Las primeras referencias documentadas sobre el Roscón de Reyes datan del siglo XVIII, cuando ya se consideraba una especialidad de la época navideña.
Como España es un país con muchas regiones con tradiciones distintas, la receta y los aderezos del Roscón de Reyes pueden variar de una región a otra. Por ejemplo, en Madrid lo suele encontrar relleno de nata, mientras que en Barcelona es más habitual adornarlo con fruta confitada.
Hoy en día, el Roscón de Reyes está omnipresente en la repostería española desde principios de año, finalizando estas fiestas con un sabor único. Encarna no sólo una tradición culinaria, sino también una conexión con la historia y las costumbres de España, añadiendo un toque dulce a la celebración de la Epifanía.