En Barcelona crece el problema de las palomas
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En Barcelona las palomas están por todas partes. Recientemente, el barrio del Poble-sec ha sido víctima de una invasión especialmente dañina que reabre el debate sobre su proliferación en la ciudad.
Es como estar en “Los pájaros” de Hitchcock, una versión de las palomas, que pululan mucho, provocando desorden y molestias. Desde hace varios años, el barrio del Poble-sec es víctima de una proliferación de palomas: una situación insostenible para los vecinos que ya no saben a quién llamar.
En el número 10 de la calle Piquer, en Poble-sec, hay un edificio abandonado desde hace varios años, donde se han instalado palomas. Resultado: excrementos en las fachadas circundantes, pájaros en los alféizares de las ventanas, ruidos insoportables y las calles en un alarmante estado de suciedad. Después de meses de quejas, los propietarios del edificio finalmente reaccionaron el pasado mes de octubre, limpiando los escombros y excrementos que cubrían el edificio. También instalaron una reja para que los pájaros no regresaran.
El pasado 19 de diciembre, durante una inspección, el municipio consideró que los trabajos de desminado fueron satisfactorios. Excepto eso. Sólo que decenas de palomas siguen revoloteando y posándose en el patio interior que rodea el ruinoso edificio, rodeado de casas, una residencia y un hotel, poniendo a prueba los nervios de los vecinos que, por su parte, creen que la situación es peor que antes.
De momento, ni el ayuntamiento ni los propietarios han reaccionado ante el malestar de los vecinos del barrio, pero una cosa es segura, este no es el único lugar de Barcelona infestado por estas aves.
Un problema a escala urbana
De hecho, la capital del condado tiene hoy entre 1.300 y 1.700 palomas por kilómetro cuadrado, a pesar de los repetidos intentos del ayuntamiento (tratamiento anticonceptivo en 2017, por ejemplo) de reducir la población. Cifras asombrosas, muy alejadas de las 300 o 400 aves por kilómetro cuadrado recomendadas.
Entre las zonas más afectadas por las molestias causadas por las palomas, como ruidos, excrementos y peligros para la salud, el ayuntamiento cita la Ciutat Vella, en particular la plaza Catalunya y el parque de la Ciutadella.
¿Por qué estos lugares? Porque es aquí donde más comen los pájaros, explica la institución. En estas zonas encuentran comida en cantidad, alrededor de 15 kilos diarios. Por supuesto, no se alimentan solos, y ahí es donde radica el problema. Un pequeño grupo de 350 personas cada uno alimenta entre 3 y 5 kilos diarios a animales en diferentes zonas de Barcelona, provocando que proliferen.
Para frenar el fenómeno, Carme Maté, directora del servicio de derechos animales del ayuntamiento, declaró recientemente a betevé que por eso, desde hace más de un año, colabora con el servicio de gestión de conflictos para detectar a las personas que alimentan más de dos kilos de comida al día a estas aves e informarles de las repercusiones que esto conlleva.