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En España, el deslumbrante boom en el turismo de aceite de oliva

El aceite de oliva, el producto emblemático del arte español de la vida, ya no se limita a hogares y restaurantes. Se convierte solo en un destino turístico.

España nunca deja de explorar (y explotar) el turismo en todas sus formas. Último modo: Turismo de oliva, Comprenda el turismo de petróleo. Debe decirse que el aceite de oliva es casi tan emblemático de la Península Ibérica como sus corridas de toros o sus paellas.

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Lejos de los circuitos turísticos tradicionales, el turismo de oliva ofrece a los visitantes que buscan nuevas experiencias una inmersión en el proceso de producción, desde la cosecha de aceitunas hasta la degustación de las diferentes variedades. Este fenómeno, aún marginal hace unos años, experimenta un auge considerable, llevado por la búsqueda de la autenticidad y el creciente interés en el agrotourismo.

Una bendición para las zonas rurales

Esta tendencia representa una bendición real para las zonas rurales, a menudo afectada por la despoblación y la desaparición gradual de las pequeñas granjas. En Andalucía, que concentra casi la mitad de la producción nacional, el turismo vinculado al aceite de oliva es un motor del desarrollo local. Al generar ingresos adicionales para los productores y promover el establecimiento de la infraestructura turística, contribuye a revitalizar las aldeas anteriormente amenazadas por el éxodo rural.

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Según los expertos en el sector, esta dinámica también hace posible reconectar a los consumidores urbanos con conocimientos tradicionales, al tiempo que crea conciencia sobre la importancia de la agricultura sostenible. Los productores han podido adaptarse a esta nueva demanda al diversificar su oferta: visitas guiadas de fábricas tradicionales, talleres de fabricación artesanal, degustaciones comparativas de aceites con varios aromas, caminatas en medio de cientos de cientos de olivas de cien años e incluso estancias en campos restaurados en alojamiento turístico.

Resultado: el oléoturismo ahora genera más de 120 millones de euros, con un alto potencial de crecimiento para los próximos años. La demanda de turismo más responsable y centrado en las tradiciones locales continúa aumentando, y España, con sus olivos y su herencia culinaria, obviamente tiene una carta importante que jugar.