En España el tiempo cada vez es menos fiable y esto es un problema
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Tras la catástrofe de Valencia surge la cuestión de disponer de previsiones meteorológicas mejores y más fiables. Pero en tiempos de calentamiento global, anticipar el tiempo ya no es un juego de niños. Descifrado.
El papel de los meteorólogos es salvar vidas. Dependiendo de lo que nos digan estos científicos, nos abrigamos bien para afrontar el frío, con ropa ligera para evitar un golpe de calor o no salimos de casa cuando hace demasiado mal tiempo. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el número de muertes por fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, ciclones y sequías, ha disminuido en las últimas cinco décadas, principalmente debido a las labores de prevención meteorológica.
Sólo que en un momento en el que el planeta se calienta un poco más cada año, provocando fenómenos meteorológicos extremos, los expertos son cada vez menos capaces de realizar su trabajo correctamente.
Este fue el caso en Valencia, durante las mortíferas inundaciones de principios de noviembre. Si la Agencia Española de Meteorología, AEMET, había pronosticado las fuertes lluvias, no había anticipado adecuadamente su intensidad. En lugar de los 200 litros por metro cuadrado esperados, en algunas zonas cayó más del doble, alrededor de 500 litros.
Un clima cada vez más impredecible
¿Por qué se equivocó la agencia? Para entenderlo, primero debemos entender los mecanismos de previsión. Para poder predecir el tiempo, los servicios meteorológicos utilizan miles de sensores, sondas y datos satelitales que observan, por ejemplo, la velocidad del viento, la velocidad del aire, la temperatura o las precipitaciones. Con estos datos, los científicos utilizan sus conocimientos de física para calcular los movimientos del aire, la lluvia, la interacción con las nubes, con la superficie terrestre, la posición de los anticiclones, depresiones, etc. para luego crear escenarios de previsión con varias posibilidades y grados de probabilidades.
Lo que pasó en Valencia es que el calentamiento global no ha impactado en los movimientos de aire ni en las depresiones sino en su intensidad. Y aunque los meteorólogos predicen escenarios climáticos cada vez más violentos, todavía no están del todo adaptados a su frecuencia.
Es decir, explica Samuel Morin, investigador de Météo-France al periódico Le Point, que
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Un juego de adivinanzas cuyas conclusiones tienen consecuencias cada vez más graves para las poblaciones. España es notablemente una de las naciones que más se verá afectada por el clima, estando en primera línea de los efectos del calentamiento global. Por ejemplo, en Barcelona en 2070 se espera que las temperaturas del verano superen los 36 grados en periodos de dos semanas.
Para mejorar la situación y predecir mejor los escenarios de catástrofe, se están tomando medidas, como una nueva generación de satélites europeos que se instalará muy pronto y que permitirá recopilar más información climática.
En la comunidad meteorológica también nos interesa la inteligencia artificial, que podría entrenar algoritmos capaces de crear escenarios capaces de predecir el clima, incluso el más improbable.