En España los jóvenes todavía viven con sus padres (y esto es preocupante)
4
En España, sólo el 14,8% de los jóvenes entre 16 y 34 años viven de forma independiente, un récord desde 2006. La causa son los precios de la vivienda y la precariedad laboral.
Insiste Pilar Blasco, vicepresidenta del Consejo de la Juventud de España (CJE) y responsable del informe que sacude al país.
A pesar de las recientes reformas, en particular el aumento del salario mínimo y la caída del desempleo, la situación de los jóvenes españoles en cuanto a su independencia es más crítica que nunca. Según el último Observatorio de la Emancipación publicado por el CJE el 16 de enero de 2025, cerca del 85% de los jóvenes de entre 16 y 34 años todavía no habían abandonado el hogar familiar a mediados de 2024, una cifra históricamente alta desde que se iniciaron las encuestas en 2006.
Alquileres desalentadores
Una observación alarmante debida en gran medida a los precios inmobiliarios. Para vivir solo, un joven tendría que gastar más del 100% de sus ingresos en el alquiler.
De hecho, la brecha entre ingresos y alquileres sigue ampliándose. En 2024, el alquiler medio alcanzó los 1.072 euros mensuales (960 euros en Barcelona), o 128 euros más que en 2023. Esta cantidad representa el 102,3% del salario medio neto de los empleados jóvenes. Para una sola persona, esto supone un déficit mensual de 23,81 euros solo de alquiler, sin incluir gastos (agua, luz, gas) ni gastos de comida.
La alternativa, el alojamiento compartido, aunque también cara, sigue siendo más asequible: alquilar una habitación cuesta 375 euros al mes, o el 35,8% del salario medio. Sin embargo, esta proporción se mantiene por encima de las recomendaciones internacionales, que aconsejan no superar un tercio de los ingresos para vivienda.
El mercado de compraventa difícilmente ofrece mejores perspectivas ya que, de media, una vivienda cuesta 189.560 euros (330.000 euros en Barcelona), un incremento del 5,7% en un año. Por tanto, para un joven, se necesitarían 15 años de salario ahorrado para comprar un inmueble, sin contar una aportación inicial de 56.868 euros, correspondientes a 4,5 años de ingresos netos.
Así, la mayoría de los jóvenes emancipados (55,9%) optan por el alquiler. Entre ellos, casi un tercio debe compartir su alojamiento con compañeros de habitación fuera de su círculo familiar, una proporción creciente en comparación con 2022.
Una generación sobrecualificada pero precaria
La educación, que se supone que es una palanca para la movilidad social, tampoco resuelve esta crisis. Casi dos tercios de los jóvenes españoles tienen un nivel educativo superior al obligatorio: el 28,4% tiene títulos de educación superior y el 35,7% tiene el bachillerato o equivalente. Sin embargo, algo más de tres de cada cuatro jóvenes trabajadores todavía viven con sus padres.
Peor aún, la sobrecualificación afecta a un tercio de los jóvenes titulados que trabajan en puestos inferiores a sus capacidades, lo que supone un aumento de 11 puntos respecto a 2023. Como resultado, casi el 30% de los jóvenes se encuentran en situación de pobreza o exclusión social, una tasa. que sigue aumentando.
Lea también: En Barcelona, el precio (desorbitado) de estar soltero
Ante estas catastróficas cifras, el informe del CJE pide medidas estructurales para favorecer la emancipación de los jóvenes como la regulación de los alquileres, un aumento de las ayudas públicas y políticas que favorezcan el acceso a la propiedad.
Y concluye Pilar Blasco: A los sabios.