Estos franceses que sueñan con Barcelona… sin haberse mudado nunca allí
5
Bajo el sol catalán, Barcelona sigue seduciendo a los franceses en busca de un nuevo comienzo. Sin embargo, detrás de los discursos entusiastas y de los blogs de expatriados que florecen en la red, muchos franceses no se atreven, pese a su sueño de trasladarse a la capital catalana. ¿Por qué esta vacilación? Testimonios.
Cada año, miles de franceses se plantean dejarlo todo para probar la aventura en Barcelona. Y con razón, su clima, su cultura, su proximidad al mar, su dinamismo lo tienen todo para agradar y permiten que un buen nombre francés se proyecte más allá de los Pirineos. Sin embargo, muchos de ellos se detienen ante la idea, incluso la fantasía, de hacer las maletas en el extranjero. Dudan, planifican con antelación, dan un paso atrás, procrastinan, analizan… Pero no se arriesguen.
¿Qué frena a estos “casi expatriados”? ¿Cuáles son los miedos, los obstáculos? ¿Qué está alimentando el bloqueo? Miedos económicos, obstáculos psicológicos, el peso de los hábitos… La fantasía de la vida catalana choca a menudo con la realidad del cambio. Claire, 34 años, desarrolladora web en Toulouse, es una de esas personas crónicamente indecisas. “Ella admite.
“Estoy esperando el momento adecuado”
La francesa visitó la ciudad varias veces, buscó apartamentos y habló con expatriados. Y, sin embargo, permanece en Francia.
Muchos franceses comparten esta parálisis. El proyecto de expatriación, a menudo idealizado, despierta en ellos multitud de miedos: el del fracaso, el del desarraigo o, simplemente, el de saltar a lo desconocido. Nachida, 67 años, jubilada y divorciada, vive en Aviñón. Desde hace varios años, sueña con una vida cotidiana junto al mar, con un ritmo más suave y con una jubilación más libre y tranquila después de haber hecho carrera en la educación nacional en la región de París.
Nachida le dice a Equinox. Con más pragmatismo, el jubilado también habla de logística:
Entre el sueño y la lucidez
Barcelona sigue seduciendo: allí residen oficialmente más de 20.000 franceses, sin contar a los nómadas digitales que pasan por allí. Pero por cada partida, ¿cuántos quedan para soñar? Las razones son múltiples: salarios a veces inferiores a los ingresos en Francia, aumento de los alquileres, burocracia exigente, un nuevo idioma.
Detrás del mito de la mujer catalana se esconde una realidad más matizada. El miedo al cambio suele estar enmascarado por argumentos racionales: explica Sandrine Gelin-Lamrani, coach profesional internacional y experta en movilidad.
La presión de otros también puede influir en la toma de decisiones. analiza Toulouse Claire Para muchos, el proyecto no se abandona, sólo se pospone. Como si la decisión tuviera que madurar poco a poco, hasta hacerse evidente. Claire concluye lúcidamente:
Vídeo extra: lo que Barcelona enseñó a estos expatriados franceses
Ver esta publicación en Instagram
