Navidad en Cataluña

Las 5 tradiciones navideñas catalanas más singulares

Pasar la Navidad en Cataluña es como una caja de bombones. Nunca se sabe con qué toparse. Porque aquí las tradiciones no tienen nada de clásicas y dejan a los no iniciados entre el asombro y la ligera perplejidad.

Las 5 tradiciones navideñas catalanas más sorprendentes (o mejores, según tu sentido del humor).

Tió de Nadal, el baúl que caga caramelos

¿Quizás ya te has topado con este adorable baúl de madera adornado con una sonrisa y un sombrero rojo? ¿Podría ser este un lindo remake de Pinocho, versión catalana? No tan rápido. El Tió de Nadal, apodado “Caga Tió” (literalmente “baúl que defeca”), es imprescindible en las fiestas catalanas. ¿El principio? A partir del 8 de diciembre (La Inmaculada Concepción), lo colocamos debajo del árbol cubriéndolo con una manta para que no se resfríe.

La tradición dice que a Caga Tió hay que alimentarlo exclusivamente con dulces y regalos de tamaño mediano. El momento real para los regalos es el 6 de enero, durante el Día de Reyes.

Luego, en Nochebuena, lo golpearon alegremente con palos mientras cantaban “¡Caga tió, caga torró!” » (¡Mierda, baúl, turrón de mierda!).

La magia de la Navidad obliga, dulces y pequeños obsequios acaban apareciendo bajo su manta ante la mirada estupefacta del francés que se pregunta si existen los encogimientos de baúles.

Navidad en Cataluña

Caganer, el santon en acción

Una de las preguntas que todo extranjero se hace cuando se acercan las vacaciones en Cataluña es sin duda: ¿han pasado la etapa anal?

Al parecer no, ya que incluso en un inocente pesebre navideño hay un huésped maleducado que no duda en robarle el protagonismo al pequeño Jesús defecando en su granero.

Lejos de avergonzarse de sus acciones, este santon con los pantalones bajados incluso se atreve a mostrar una sonrisa atrevida. Tradicionalmente, está escondido en algún lugar de la guardería y son los niños quienes deben encontrarlo, como en una especie de versión escatológica de ¿Dónde está Waldo?. Caganer viste generalmente una camiseta blanca y una barretina roja (variación local del gorro frigio), pero desde 2008 hemos encontrado a numerosos políticos, futbolistas y celebridades representados en su modelo y evidentemente también sorprendidos en flagrante delicadeza.

Los franceses, a veces un poco puristas en el arte de realizar el belén provenzal más elaborado, pueden tener dificultades para comprender la presencia de este personaje en el acontecimiento más importante del calendario cristiano. Pero en Cataluña es un símbolo de fertilidad y prosperidad. Una forma original de decir que incluso en los momentos sagrados, permanecemos con los pies en la tierra…

tradición catalanatradición catalana

Obstrucción intestinal y Nochevieja

Para aquellos que pensaban que la Navidad en Francia era una prueba gastronómica con su maratón de ostras, foie gras, pavo y troncos, aquí la Navidad rima con comida y parece diseñada para poner a prueba su digestión.

En el menú: la imperdible escudella i carn d’olla, un guiso gigantesco con sopa como entrante y kilos de carne como segundo plato. Y si crees que se acabó, piénsalo dos veces: los canelones, pasta rellena con restos de carne del día anterior, llegan al día siguiente.

Equinoccio Barcelona NavidadEquinoccio Barcelona Navidad

Canciones locas y alegres.

Si Francia es la patria del Mon beau sapin o del Petit Papa Noël, en Cataluña las canciones navideñas son todo menos dulces.

El canto tradicional de Caga Tió, donde le piden que “haga caca” de regalos, es alegre, rítmico, pero un poco inquietante para oídos inexpertos.

En cuanto a otros villancicos, suelen cantarse a todo pulmón alrededor de una mesa, entre dos copas de cava y unos gritos de entusiasmo. Estamos lejos de los ordenados coros de medianoche…

fiesta del vino de barcelonafiesta del vino de barcelona

Captura de pantalla

Cuenta atrás de año nuevo con uvas.

A los que sobrevivan a la Nochebuena sólo les quedará un paso: conseguir no asfixiarse el 31 de diciembre. Cuando suenan las doce campanadas de medianoche, hay que tragar doce uvas con cada campanada. ¿El objetivo? Garantiza felicidad y prosperidad para el año venidero. Elemental mi querido Watson. ¿Pero fácil? De ninguna manera. Las campanas suenan a un ritmo frenético y las uvas suelen ser grandes y con pepitas. Entre los que se ahogan, los que estallan de risa y los que pierden el ritmo con la tercera uva, este divertidísimo espectáculo debería hacer sonreír incluso al francés más gruñón.

15974324109 2c06c1d18d k15974324109 2c06c1d18d k