Los Juegos Florales de Barcelona, por amor a la lengua catalana
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EL Juegos florales, literalmente los “juegos florales”, son justas poéticas que marcaron la época del Renacimiento en Barcelona. Una mirada retrospectiva a uno de los grandes momentos de declaración de amor a la lengua catalana.
La práctica nació en Toulouse en 1694 en el seno de la Academia de Juegos Florales. El gran premio de poesía en lengua francesa ofreció flores a los ganadores. Posteriormente, el concepto se importó a Valencia y Barcelona, dos territorios de habla catalana. Los Juegos Florales de Barcelona son un faro de este renacimiento que luego motiva a revivir la cultura y especialmente la lengua catalana. Esto de alguna manera pone fin al período (de decadencia) durante el cual el catalán desapareció de las instituciones en favor de la lengua española, concomitantemente con la caída del Reino de Aragón en manos de Castilla.
El primer domingo de los Juegos Florales tuvieron lugar en Barcelona por iniciativa de los escritores Antoni de Bofarull y Víctor Balaguer, bajo el lema Patria, Fides, Amor (“Patria, fe, amor”). Este lema corresponde a los tres premios entregados durante el evento: la Flor Natural se otorga a la mejor poesía de amor, la Eglantina de Oro a la mejor poesía patriótica y finalmente la Violeta de Oro y Plata al mejor poema religioso. Un mismo poeta podrá acumular los tres premios y recibirá el título de Maestro en Gay Conocimiento.
Debates dentro de los Juegos Florales
Como sigue siendo hoy en día, el catalán tiene matices según las zonas geográficas donde se habla. Estas diferencias provocaron animados debates entre los participantes. Así, Marià Aguiló, célebre escritor de origen mallorquín, defendió un modelo que tuviera en cuenta autores de todas las variantes locales. El poeta y dramaturgo Antoni de Bofarull convocó un concurso basado en los clásicos literarios del siglo XVImi y XVIImi siglos y el dialecto barcelonés.
La pureza del lenguaje no fue el único tema de debate dentro de los Juegos Florales. En ocasiones, la política podía enfrentar a los republicanos de izquierda con los conservadores de derecha. Los Juegos tuvieron lugar en la prestigiosa Salle des Cent del Ayuntamiento de Barcelona, que todavía hoy se utiliza para grandes eventos.
Por muy nobles que fueran, los Juegos cayeron en desuso a principios del siglo anterior antes de ser prohibidos sucesivamente por las dos dictaduras españolas que prohibieron el uso de la lengua catalana, la de Primo de Rivera en 1926, luego durante el régimen de Franco. Anacrónicos a principios del siglo XX, los regímenes totalitarios convirtieron los juegos en un fenómeno de resistencia cultural, practicado por los catalanes en el exilio, especialmente en Toulouse, cerrando así el círculo histórico.
Hoy en día, los Juegos todavía existen y los organiza el ayuntamiento. Sin embargo, es un concurso más discreto y más institucional, sólo hay un premio. Glòria Coll Domingo ganó la edición del año 2022 con su libro de poemas.