Peinado: ¿de dónde viene el flequillo catalán?
Bajo, recto y alto. Así se lleva el flequillo catalán. De donde viene ella ? ¿Por qué está tan extendido? ¿Y es realmente una identidad? Un poco de historia, en la que Francia bien podría tener su pequeño lugar.
También se le llama franja vasca. La de Tokio en la Casa del Papel, o la de Amélie Poulain. Cortos (muy cortos), rectos, a veces incluso irregulares. Un flequillo muy por encima de las cejas, que casi da la impresión de haber sido cortado solo, a escondidas. Como un niño. Orgulloso de sus tijeras.
, sonríe Andrea, de 25 años, en una tienda de ropa del Born. En Barcelona, la joven andaluza se mezcla con la multitud.
Un peinado asociado a la independencia
Llevar un flequillo muy corto suele asociarse con el mundo catalán. Es más, se refiere a la izquierda o incluso al independentismo. Un estereotipo, según Anna, de 25 años, de Granollers. Aunque el símbolo parece haberse desvanecido con el tiempo, estuvo muy presente antes. Y no surge de la nada.
En español también llamamos a este corte «», término asociado a los vascos en la época en la que el radicalismo estaba muy presente, explica un estudio de la Universidad de Alicante. Desde entonces, el peinado vasco con flequillo y costados rapados remite implícitamente al radicalismo y al independentismo. Un movimiento que no ha escapado a Cataluña.
Pero Ana Velasco Molpeceres, historiadora de la moda madrileña, ve otra inspiración en los catalanes. Y bien podría ser que sea francesa.

Foto: Mayo de 1968, Fundación Gilles Caron.
“La franja está ligada al mundo francés moderno”
Estos dos períodos fueron importantes para la España, entonces bajo dictadura. Representaban la época moderna, pero también la de las revueltas de mayo del 68.
A nivel cultural pero también político, Francia sirvió de modelo en España. El “caviar de izquierda” francés, el del corazón a la izquierda pero la cartera a la derecha, también se ha reproducido en Cataluña. ¿Todos vestidos con flequillo para mujer? concluye El historiador de la moda.
Ya sean separatistas, vascos, modernos o franceses, los flequillos muy cortos no te dejan indiferente. Y si el imaginario colectivo todavía lo considera de izquierdas, quizás sea simplemente porque debemos atrevernos a usarlo.