Exposición Equinoccio Barcelona Pixar

Pixar hace su cine: una exposición inmersiva en Barcelona

“Coco”, “Là-haut”, “Némo”, “Toy Story”, “Ratatouille” o incluso “Monstres & cie”, la exposición “Mundo Pixar” recrea los escenarios de nuestros largometrajes favoritos.

¿Quién nunca ha soñado con poder caminar por la pantalla y adentrarse en su película favorita? Los estudios Pixar han hecho posible este sueño, para deleite de los fans del estudio de animación.

Claramente diseñado para los niños, el solar de 3.000 metros cuadrados ubicado en el aparcamiento del centro comercial Westfield – La Maquinista está a la altura de sus expectativas (y las nuestras). Deambulamos de escenario en escenario, atravesando la habitación de Andy en «Toy Story» y luego entrando en el salón de «Coco», en compañía de la abuela y el niño, y así en 13 habitaciones diferentes, pasando de las emociones de “Viceversa” al mundo acuático de “Nemo”, incluidas medusas y burbujas falsas.

Antes de cada nuevo escenario, un panel resumen de bienvenida para contar la escena que estamos a punto de ver. Buen punto para la accesibilidad: hay instrucciones en Braille y audiodescripción disponibles.

Por supuesto, no se olvidan las maravillosas bandas sonoras de cada película –en español, obviamente, lo que puede resultar sorprendente cuando estás acostumbrado a títulos en francés–, ya que las canciones se retransmiten durante toda la visita.

Muchas fotos pero siempre mágicas.

Más que una exposición es más un templo de la fotografía y el vídeo ya que todo está organizado para tener el “selfie” más Instagrameable. Los empleados también lo señalan al inicio de la visita: El problema es que, en grupos de 50 personas, esta obsesión por las fotografías a veces crea atascos.

Exposición Equinoccio Barcelona Pixar

Un pequeño inconveniente, ya que la magia de los personajes de nuestras películas favoritas tiene su efecto. Más allá del placer personal, ver a los niños completamente extasiados frente al Rayo McQueen de tamaño natural de “Cars” es francamente conmovedor. Después de unos 50 minutos de visita, dirígete a la tienda, donde estos mismos niños piden a gritos un peluche de Nemo. Y los entendemos, hicimos lo mismo.

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