Vall d’Hebron, Carmel… El secreto de los nombres bíblicos en Barcelona
Gracia, Carmel, Vall d’Hebron… Los nombres bíblicos están muy presentes en las calles y barrios de Barcelona. ¿Por qué motivos? Volvamos a su historia.
La presencia judeocristiana en Barcelona es innegable. Y con razón, a partir del siglo III se introdujo el cristianismo en España. Entre los siglos V y VIII la religión será inherente al reinado visigodo. Después de una breve ocupación árabe en el año 711, la ciudad condal entró en la órbita del Imperio carolingio en el siglo IX. Posteriormente se formó el condado de Barcelona, que se hizo cristiano en el siglo X. Desde entonces, en la capital catalana han permanecido vestigios del cristianismo, en particular a través de algunos nombres de distritos.
El Carmel, por su santuario
El distrito debe su nombre al Santuario (. Fue construido en 1864 en el cerro del Turó d’en Móra y está dedicado a la Virgen del Carmen. La devoción a la virgen viene de lejos y su origen hay que buscarlo en Israel, en el Monte Carmelo. Entonces, la Orden del Carmelo sería la encargada de difundir el culto a la Virgen por todo el mundo y Barcelona no iba a ser una excepción.
Gràcia, por su convento
La historia del nombre «Gràcia» se remonta al año 1626. Ese año se funda el Convento de la en tierras del barcelonés Josep Dalmau, al final del actual. Allí fueron trasladados los vecinos del convento carmelita de Sant Josep (anteriormente ubicado en la actual Boquería).
Rápidamente el nombre del convento pasó a llamarse , en memoria de la anunciación del arcángel Gabriel. Así fue bautizándose el pequeño pueblo de Gracia hasta convertirse en un barrio emblemático de la capital condal.
Vall d’Hebron, por su monasterio
En la gasolinera de la carretera de acceso se encontraba el Monasterio de (San Jerónimo), un monasterio ya desaparecido que fue el centro neurálgico de la Vall d’Hebron durante más de 400 años. El origen del monasterio se encuentra en un grupo de ermitaños que vivían en esta vertiente de la montaña.
La reina Yolanda (Violant) de Bar se apiadó de ellos y de su humilde forma de vida y trajo monjes de Valencia para que todos formaran una comunidad y vivieran en mejores condiciones. Así, en octubre de 1393 se fundó el monasterio de Sant Jeroni. Un santo palestino, llamado Jerónimo, era un ermitaño que vivía en Tierra Santa.
TIENE En Collserola, la exuberancia del paisaje recordaba a los monjes el valle de Hebrón en Palestina. Por eso le pusieron nombre al monasterio. Hoy quedan muy pocos restos. Uno de ellos es un pequeño muro de piedra. Algunas de las piedras y ornamentos del monasterio fueron reutilizados en construcciones como el arco del teatro, recuerdan nuestros compañeros de
El Coll, por su iglesia
Como muchos barrios, El Coll debe su nombre a la presencia de una iglesia llamada Església de la Mare de Déu del Coll. Se trata de una construcción románica del siglo XI, del que se conserva el cuerpo central y el campanario. También constituyen los demás elementos actuales de la iglesia del siglo XX.
Según la leyenda, en esta zona se encontró una imagen de la Virgen. A raíz de ello se construyó una ermita en su honor que, anecdóticamente, recibió en un principio el nombre de Nuestra Señora de la Font-rúbia.