El enigma de los peatones en Barcelona: por qué los cruces del Eixample no son cuadrados
¿Has notado que en el emblemático distrito de Barcelona, el Eixample, los peatones realizan recorridos en zigzag? ¿Que la distancia recorrida entre el punto A y el punto B puede ser mucho mayor que la distancia real si simplemente seguimos los ejes de las calles? El responsable de esta rareza es la forma del cruce de las calles del Eixample, un modelo único, fabricado en Barcelona.
El punto de Florence Siguret, guía francesa de referencia en Barcelona
El creador de los famosos cruces de calles del Eixample no es otro que Ildefons Cerdà, ingeniero de Puentes y Caminos, que propuso un plan de ampliación de la ciudad de Barcelona a mediados del siglo XIX.
La capital condal quedó entonces delimitada por murallas que abarcaban los actuales barrios del Raval, Gótico, Born y Barceloneta. Desde el inicio de la era industrial, la población dentro de las murallas de la ciudad ha aumentado considerablemente, con la llegada masiva de familias que abandonaron el campo catalán para probar suerte en la ciudad.
Sin embargo, desde la Guerra de Sucesión Española y la caída de Barcelona en 1714, a la ciudad no se le ha permitido expandirse más allá de sus murallas. Por lo tanto, los recién llegados deben encontrar su lugar en el tejido urbano de la ciudad medieval, en condiciones sanitarias deplorables: las viviendas a menudo se comparten entre varias familias, sin luz y sin ventilación efectiva. Con la densidad de población, las epidemias del siglo XIX, como la fiebre amarilla en 1821, causaron estragos y la tasa de mortalidad se disparó.
Ildefons Cerdà estudia detenidamente este fenómeno, en particular las condiciones de vida de los trabajadores en la Barcelona de principios del siglo XIX. Su análisis le permitirá proponer soluciones cuando Barcelona finalmente pueda expandirse más allá de sus murallas a finales de la década de 1850. Su ampliación (“eixample” en catalán) estará diseñada para ofrecer mejores condiciones de vida a sus habitantes: luz, aire circulante y espacios verdes.
Eixample, un distrito matemático
En su idea, Cerdà propone un plan que se propone conquistar la llanura que rodea Barcelona, una cuadrícula tirada en papel que llegará a los pequeños pueblos que giran a su alrededor: Gràcia, Sants, Sant Marti, Sant Andreu, Horta, Sarrià, etc.
Las calles son perpendiculares y la orientación sigue los ejes principales que los romanos habían definido para Barcino: calles que bajan en dirección montaña-mar y calles transversales orientadas de río a río, Llobregat – Besòs, paralelas al mar. 20 m a excepción de Gran Via de les Corts Catalanes y Passeig de Sant Joan que tendrán 50 m de ancho.
Las “manzanas”, “illas” en catalán, o islas de construcción, son todas de iguales dimensiones, 113 metros por 113 metros. Todos ellos cuentan, al menos en la idea inicial, con dos bordes construidos y un jardín central. Se reservan “manzanas” especiales para los servicios de salud, que se distribuyen periódicamente por toda la ciudad. Para Cerdà, las condiciones de vida deben ser las mismas para todos, independientemente del lugar en el que nos encontremos en el vasto plano.
En realidad, las normas de construcción cambiarán mucho y no se respetará la distribución ideal del edificio Cerdà, pero la forma tan característica de este barrio sigue siendo claramente visible, sobre todo vista desde un avión (o un dron). Además, hoy en día, el diseño de Cerdá se ha convertido en un elemento de marketing al igual que la salamandra recubierta de coloridas piezas cerámicas o el famoso adoquín “flor de Barcelona”.
Pero si miras de cerca lo que desde lejos parece una sucesión de manzanas cuadradas, en realidad te das cuenta de que sus ángulos están cortados a 45°. Los bloques de edificios del Eixample y, por tanto, los cruces de calles forman octógonos que el peatón debe sortear… ¡No es de extrañar que el tráfico de peatones se parezca al circuito de Pac-Man!
Seguridad para los carruajes, amabilidad para los barceloneses
¿Por qué Cerdà optó por este tipo de cruce de calles que hace del Eixample un distrito único en el mundo? El hombre es un visionario, anticipa el desarrollo de los medios de transporte, públicos e individuales. En su diseño, ya proporciona espacio para acomodar estos flujos. Estudiando las vías del ferrocarril que circulaban por París en aquella época, Cerdà llegó a la conclusión de que para que un tranvía o un tren girara con seguridad en su tejido urbano era necesario cortar ángulos de 45° y hacer calles de 20 metros de ancho.
Asimismo, aunque los semáforos todavía no son necesarios, un ángulo de corte permite a un equipo avanzar con total seguridad, para ver si viene o no otro vehículo para poder entablar combate.
En el mundo actual, estos ángulos permiten que los coches se estacionen, los camiones realicen entregas o recojan basura sin obstruir el flujo de tráfico.
El otro propósito del cruce octogonal sistemático es crear espacios sociales. Cerdà considera que la calle y las plazas son lugares de relaciones humanas. Al crear intersecciones octogonales, Cerdà crea grandes plazas donde podemos encontrar quioscos, bancos, sillas, actividades, buzones, etc. En su idea, los quioscos se situaban en el centro del cruce mientras los vagones y las vías del tranvía o del tren pasaban por su alrededor. En su momento esto se implementó puntualmente, pero hasta hace poco era casi imposible ver este tipo de cosas en el Eixample.
Hoy se vuelve al plan Cerdà con el programa de “supermanzanas” (o “superilles” en catalán) que tiene como objetivo particular recrear, dentro de un conjunto de varias manzanas, espacios públicos (plazas, calles semipeatonales) al tiempo que casi erradicando el paso de los coches. Un proyecto que tiene detractores pero que tiene el mérito, para los peatones, de hacerles caminar en línea recta.
Para saber más sobre el Eixample
Para saber más sobre este increíble barrio, Florencia ofrece un recorrido por «Les Oasis de l’Eixample».
Próxima fecha: jueves 20 de julio a las 10:30 horas.