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El otro turismo de Barcelona, ​​entre cementerios y hospitales en desuso

En Barcelona, ​​algunos visitan el Park Güell mientras que otros optan por descubrir el cementerio del Poblenou. Un tipo especial de vacaciones que tiene nombre: turismo oscuro. Explicaciones.

En el corazón del Raval, detrás de bonitas calles adoquinadas y bares escondidos, se encuentra un lugar conocido por un puñado de conocedores: el anfiteatro anatómico más antiguo de Europa. En el interior de la Academia de Medicina de Cataluña se conserva este magnífico decorado barroco, con molduras y tapices rojos, que data del siglo XVIII y que no se ha movido desde entonces. Pero no es por la belleza de la arquitectura que acuden los curiosos. Todos vienen a conocer el lugar donde se reunían los estudiantes de medicina de la época para observar la disección de cadáveres y sus órganos.

¿Mórbido? No precisamente. Este anfiteatro es sólo uno de los muchos lugares de Barcelona llenos de misterio e historia que puedes visitar si eres fanático del turismo oscuro. De hecho, muchos guías se especializan ahora en estos itinerarios bastante particulares, como Miriam del Río, también periodista y escritora, que habla de ellos como

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Para satisfacer esta demanda, en la capital catalana se ofrecen visitas guiadas temáticas, cuya experiencia ronda los 20 euros. Exactamente como vender un recorrido por las obras de Gaudí. Lejos de ser simples metaleros con tatuajes y aspecto gótico como diría el estereotipo, los aficionados a este turismo provienen de orígenes, edades y estratos sociales variados. Sólo tienen en común un hartazgo por los sitios turísticos clásicos y masificados que les llevó a explorar otras rutas.

“La gente hace turismo oscuro todo el tiempo pero no lo sabe”

Para escapar de estos lugares masificados, algunos promotores ofrecen paseos por la ciudad para descubrirlos. Los cementerios de Montjuïc y Poblenou son efectivamente lugares excepcionales para Miriam y los aficionados al turismo oscuro, que permiten comprender mejor una civilización: explica la barcelonesa.

Otros preferirán el antiguo hospital de Tórax, situado en la localidad de Terrassa. Este lugar es uno de los más reconocidos del turismo oscuro español. Inaugurado en los años 50, este hospital hoy en desuso experimentó una impresionante ola de suicidios en los años 70: 21 en total, lo que lo convirtió en el lugar de Europa con la mayor tasa de suicidios.

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Y aunque este tipo de visitas puedan parecer sorprendentes, en realidad no son tan inusuales, explica acertadamente el escritor. Esta tampoco es una moda reciente: durante la monarquía francesa nos encantaba ir a ver las futuras guillotinas, y en la época romana acudíamos en masa a las arenas para ver a los gladiadores matarse entre sí. Hoy los estadios están vacíos, pero no la curiosidad de los turistas.