En Barcelona, 24 ° C … y las luces de Navidad ya están ahí
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Si bien Halloween ni siquiera está en la agenda todavía y el termómetro apunta a los 24 grados, las decoraciones navideñas ya están instaladas en ciertas calles de Barcelona, incluso si aún no están encendidas. Este despliegue prematuro, visible pero silencioso, testifica un deseo municipal de repensar y extender la iluminación urbana para la temporada navideña.
A principios de octubre, cuando el otoño se acaba de instalar y las calabazas de Halloween aún no han aparecido, Barcelona ya se está preparando para Navidad. En algunas arterias, como Balmes Carrer o Paral-Like Avenue, ya se colocan estructuras de luz, suspendidas sobre los transeúntes. Este contraste entre la dulzura de otoño y las sorpresas de comienzos festivos, pero responde a una estrategia municipal reflexiva: modernizar la iluminación urbana, extender la portada de las iluminaciones y ofrecer a los residentes y visitantes una experiencia festiva armoniosa.
Un modelo de iluminación rediseñado
Este año, Barcelona innova con su modelo de iluminaciones navideñas, bautizadas «Barcelona, Luces de Navidad». Cinco propuestas de luz, diseñadas por diseñadores seleccionados a través de una competencia, resaltan un diseño contemporáneo que incorpora elementos emblemáticos de la ciudad, como el famoso » Flor Panot » en la vía Laietana. El dispositivo ahora cubre 126 kilómetros de calles, 16 más que en 2024, y se extiende hasta los distritos periféricos. La eficiencia energética está en el corazón del proyecto: los LED de alto rendimiento permiten reducir el consumo de energía en un 60 % y un 93 % de contaminación lumínica, al tiempo que usan materiales reciclables. Con un presupuesto aumentado a 3,8 millones de euros, el municipio afirma su compromiso de iluminación que es sostenible y de alta calidad.
Gran a través de Catalan Corts: el Apo Studio presenta Espelmes de Llum, prototipo para la futura iluminación navideña.
Cohesión territorial y dinamización
Más allá del aspecto estético, estas iluminaciones apuntan a fortalecer la cohesión y energizar la ciudad. Al iluminar áreas periféricas, Barcelona apoya el comercio local y ofrece a cada distrito su propia identidad ligera. Este enfoque descentralizado transforma la iluminación en un verdadero vector social y turístico, lo que permite a los residentes y visitantes redescubrir la ciudad bajo una nueva luz y disfrutar de una experiencia festiva extendida a todo el territorio.
Por lo tanto, incluso si Halloween aún no está allí, Barcelona ya anticipa la temporada navideña. Esta elección de instalar las iluminaciones desde principios de octubre, lejos de ser trivial, refleja el deseo de modernizar la imagen de la ciudad, promover la sostenibilidad y fortalecer el sentimiento de pertenencia de los habitantes a su territorio. Una Navidad antes de la hora que, este año, se ilumina de una manera nueva.
