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En Barcelona, ​​los vecinos van a la guerra contra las terrazas

Las asociaciones de vecinos lanzan una importante petición para exigir al ayuntamiento una mejor regulación de las terrazas de bares y restaurantes. Para conseguir un cambio en la ley local vigente, deberán recoger 15.000 firmas de los barceloneses.

Fotos: CL/Equinoccio

Justo al lado del parque de la Sagrada Familia, el stand de la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) montado especialmente para la jornada tuvo un gran éxito. A su alrededor, carteles que dicen “Queremos terrazas que nos dejen vivir” anuncian la petición que se firmará in situ. Unas diez personas esperan su turno y cada uno tiene su propia historia. “, molesta a un hombre de sesenta años. , responde una madre.

Joan Carles, de 59 años, remolca todo el tiempo. El agente administrativo participa activamente en la campaña de firmas, como última oportunidad para volver a una vida pacífica. Vive en el Born, en la bonita calle peatonal Allada-Vermell, desde hace más de siete años. Demasiado bonita sin duda y. Frente a su ventana tiene tres abiertos los siete días de la semana, dos de los cuales están casi pegados a su edificio. . La ocupación del espacio público y su mala organización son parte de las denuncias de la petición.

En sólo ocho años se ha duplicado el espacio ocupado por terrazas en Barcelona. Ahora hay tres veces más por metro cuadrado que en Madrid. , explica otro voluntario. Una promiscuidad que pone de los nervios a los habitantes, mientras la ciudad catalana ya cuenta con uno de los densidades más altas del mundopor delante de Nueva York, Londres y Tokio.

Un cierre menos tardío

Pero la verdadera batalla para Joan son los horarios. Actualmente, las terrazas deben cerrar a medianoche entre semana y a la 1 de la madrugada los fines de semana. El agente administrativo cree que las 11 p. m. todos los días sería una hora de cierre razonable. Los noctámbulos podrían entonces dirigirse a establecimientos de ocio nocturno, generalmente alejados de los alojamientos e insonorizados.

La FAV va más allá y pide cerrar a las 22 horas entre semana, pero Joan no cree mucho en ello, considerando que el sector de la restauración es demasiado potente. Mientras que determinadas zonas, como la calle Enric Granados o el casco antiguo, tuvieron que cerrar sus terrazas una hora antes en 2022, el Sindicato de Restauradores había presentado seis recursos judiciales y había lanzado una amplia campaña de comunicación alegando que Barcelona, ​​que ya tenía la mayor Horarios restrictivos en España, “castigando a los clientes”. El nuevo ayuntamiento socialista finalmente revocó esta decisión y restableció el mismo horario para todos.

Se inicia así el enfrentamiento, con el municipio como árbitro. Para poder intervenir en el debate, las asociaciones de vecinos tienen dos meses para recoger sus 15.000 firmas.