Relajación y meditación en un monasterio budista cerca de Barcelona

¿Buscas calma, energía positiva y un cambio de escenario? El monasterio budista Sakya Tashi Ling es el lugar ideal. Un viaje al Tíbet sin salir de Cataluña.

Es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. No es necesario viajar a Asia para descubrir un monasterio budista. A pocos kilómetros de Barcelona, el Garraf alberga un lugar de culto completamente inusual en la región. El templo budista Sakya Tashi Ling. Un lugar abierto y acogedor, que invita alegremente a los visitantes a detenerse y asistir a oraciones, talleres de relajación, conferencias y sesiones de meditación. Se practican libremente, delante de todos, en un ambiente armonioso y solidario. Para los más curiosos, también se ofrecen visitas guiadas para alargar el viaje y sumergirse en los usos y costumbres tibetanas.

Un entorno idílico

Enclavado al pie de la Sierra del Garraf, este monumento único invita a la desconexión. Llama la atención sobre todo por la energía que desprende. Perdido en medio de las colinas, el lugar de culto presenta una curiosa mezcla entre una estética arquitectónica popular en la Barcelona modernista del siglo XIX y una calma impuesta por la naturaleza circundante. Fácilmente nos dejamos envolver por el aura espiritual del lugar y la sensación de viajar es muy impresionante.

Lejos de estar cerrados al mundo exterior, los monjes ofrecen una oferta cultural bastante rica. Con el objetivo de dar a conocer esta religión al país que la acoge y a los turistas de paso. La visita guiada al Monasterio del Garraf permite a cualquier persona descubrir qué es el budismo desde dentro. Todos pueden ingresar a diferentes partes del monasterio y comprender, desde el edificio, aspectos de la filosofía y la historia de la comunidad de monjes Sakya Tashi Ling.

Incluso se ha creado un museo en el templo para que los curiosos puedan adquirir conocimientos sobre el origen de la religión. Los visitantes podrán estar presentes durante las oraciones, pero también participar en talleres y sesiones de relajación. Situada a tan sólo 40 minutos de la capital condal, esta escapada es ideal para dejarse transportar y encantar tanto por el lugar como por el ambiente del monasterio.