Hipnopedia: ¿puedes aprender español mientras duermes?
Aprender un idioma extranjero como el español mientras duermes sería posible. La técnica se llama hipnopedia.
Aprender durmiendo es un tema recurrente en la ficción: lo encontramos como método educativo en Aldous Huxley o como medio para aprender una lengua extranjera en los dibujos animados. La idea de que podemos aprender durante el sueño es fascinante, pero si es fantasía o realidad sigue siendo un misterio durante mucho tiempo. Gracias a la neuroimagen sabemos que el cerebro está lejos de estar inactivo durante el sueño y continúa reaccionando a la información del mundo exterior. ¿Hasta el punto de poder memorizarlos y recordarlos al despertar?
De hecho, sabemos desde hace unos diez años que el cerebro es capaz de aprender nueva información mientras duerme. Esto se demostró por primera vez en asociaciones entre sonidos u olores. Por ejemplo, las personas que querían dejar de fumar redujeron su consumo en un 35% al presentar olores a tabaco con olores desagradables a pescado podrido mientras dormían.
Luego intentamos comprender si el cerebro dormido podría llevar a cabo aprendizajes más complejos, como aprender español u otra lengua extranjera. Con Sid Kouider de PSL-ENS y en colaboración con Maxime Elbaz y Damien Léger de APHP/Hotel-Dieu, diseñamos un protocolo para aprender el significado de palabras japonesas mientras dormimos.
Aprender japonés mientras duermes
El japonés es un idioma con una estructura relativamente simple, compuesta principalmente por una secuencia de consonantes y vocales, por ejemplo la palabra que significa gato. A diferencia de otros idiomas asiáticos, carece relativamente de acento y tiene un registro sonoro similar al francés. Sin embargo, el significado de las palabras dista mucho del francés. Esta combinación de sonidos que son fácilmente identificables para nuestros oídos pero que no tienen significado para nosotros lo convierte en un idioma de aprendizaje ideal para esta experiencia.
Por lo tanto, reclutamos a 22 adultos jóvenes sanos que no tenían conocimientos de japonés ni de idiomas asiáticos relacionados. Primero les presentamos pares de sonidos e imágenes cuando estaban despiertos, como aquí en la ilustración un perro con el sonido de un ladrido. Una vez que nos quedamos dormidos, tocamos juntos los sonidos y las traducciones japonesas, por ejemplo la palabra “ ” (perro) con el sonido de un ladrido. Une fois réveillés le matin, nous leur avons demandé de choisir parmi deux images celle qui correspondait au mot en japonais, par exemple le mot « » avec l’image d’un chien et celle d’un autre mot présenté pendant le sommeil, ici una campana.
Luego observamos que la gente podía identificar más allá del azar qué imagen correspondía a la palabra japonesa. También les preguntamos si sus respuestas fueron dadas al azar o con cierto grado de confianza. La confianza era baja y estaba en el mismo nivel cuando las respuestas eran correctas y cuando eran incorrectas. Este hecho demuestra que el aprendizaje durante el sueño es implícito, es decir, las personas no saben qué información se aprendió mientras dormían.
El papel de las ondas lentas
Lo más interesante fue el descubrimiento de lo que sucede durante el sueño. Utilizando la electroencefalografía, una técnica que registra la actividad eléctrica de la capa superficial del cerebro, pudimos predecir durante el aprendizaje qué palabras se recordarían al despertar. De hecho, las palabras recordadas generaron ondas más lentas que las palabras olvidadas. Nuestros resultados, junto con los de una publicación reciente que muestra que las ondas lentas predijeron el aprendizaje del tamaño relativo de los objetos, confirman su importante papel en el aprendizaje durante el sueño.
En resumen, el cerebro dormido puede aprender nuevas palabras y asociarles significado. Este aprendizaje se puede observar incluso en los ritmos cerebrales durante el sueño, lo que nos dice más sobre su función. Pero, ¿este aprendizaje es realmente útil y está presente para todos? Aún no sabemos si este aprendizaje se mantiene a largo plazo y si depende de diferencias individuales en las capacidades de memoria.
Lo que sabemos en cualquier caso es que aprender a dormir es mucho menos eficaz que aprender a estar despierto. Realizamos el mismo protocolo en vigilia con 10 veces menos repeticiones que durante el sueño. Cuando estaba despierto, se descubrió que el aprendizaje era 5 veces más eficiente que durante el sueño y con mayor confianza en las palabras aprendidas en comparación con las olvidadas. Así, el aprendizaje débil e inconsciente durante el sueño se diferencia del aprendizaje rápido y consciente cuando se está despierto. Aunque es posible aprender durmiendo, parece más apropiado considerar la vigilia y el sueño como complementarios, siendo el sueño óptimo para consolidar la información aprendida estando despierto.
Nuestra investigación se centra ahora en el papel del cuerpo, y más concretamente del corazón, en los procesos de memoria del sueño. Al estudiar las interacciones entre el cuerpo y el cerebro durante la formación y consolidación de recuerdos emocionales, buscamos comprender mejor cómo interviene el cuerpo en los mecanismos de aprendizaje del sueño.
Matthieu Koroma, investigador postdoctoral del FNRS,
Este artículo se vuelve a publicar desde The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.